La ciudad es el resultado de un hecho volitivo de carácter gregario, por el que un conjunto de individuos deciden agruparse por considerar que de esta manera disponen de mayores oportunidades y pueden prestarse mejores servicios de forma colectiva, por lo que es el espacio en el que se desarrolla la vida a lo largo de siglos. Por lo tanto es la expresión de la cultura de un pueblo, de sus hábitos y costumbres que de forma diacrónica atraviesan el tiempo. No se trata de una construcción momentánea que se crea, y tampoco es algo que se puede destruir de forma inmediata, por el contrario es el resultado de toda una historia que es forjado pero que también ha forjado el carácter de un pueblo.
La ciudad es el lugar en el que se ha desarrollado el pensamiento político moderno, en donde se ha fraguado la lucha por la libertad y en el que finalmente se escenifica la aproximación a la igualdad de género. Todos estos derechos ciudadanos que ahora disfrutamos se han alcanzado a base de enormes esfuerzos, a base de tenacidad y de paciencia, de luchas en un espacio común y público en el que los ciudadanos de distintas generaciones, nuestros antepasados, se han reunido hasta dejarnos la herencia que ahora disfrutamos y que estamos en la obligación de preservar y mejorar para entregarla a las generaciones venideras.
Durante la segunda y tercera década del siglo XX se realizaron investigaciones urbanas en los países europeos, bajo la óptica ideológica de los sistemas económicos dominantes, que presentan fundaciones históricas similares y problemas funcionales y sociales similares que se resuelven atendiendo a los hábitos y costumbres desarrollados por los ciudadanos urbanos a lo largo del día, de la semana y del año, trabajo, ocio, residencia y espíritu.
Mientras Le Corbusier proyecta Montevideo (1929), Sao Paulo ( 1929), Buenos Aires (1929), Río de Janeiro ( 1935), Argel (1930), Plan de una ciudad de 3 millones de habitantes ( 1922/46), Leonidov proyecta Magnitogorsk en 1930 y Miljutin está planteando en 1930 su proyecto para Sosgorod.
Benévolo se refiere a la estructura urbana de Miljutin que aleja el contraste entre organización colectiva o individual, entre densidad fuerte o débil, pero insiste en la alternativa entre distribución centralizada ( jerárquica ) y distribución lineal ( igualitaria ). Se trata de una síntesis entre la capacidad jerárquica y la linealidad democrática, alternativa a la densidad difusa de otras operaciones urbanas anteriores de aspiración a una vida en el campo alejada de los humos industriales.
Givoni, Olgiai o Jaime López de Asiain, nos informan de los criterios con los que estas ciudades deben dialogar con el entorno para crear espacios más amables y adecuados climáticamente, pero ahora es también el momento en que es necesario profundizar y alcanzar al ámbito de la generación energética que es el motor que permite el desarrollo de la actividad humana.